Al sarro dental se le denomina placa dental y no es más que una capa apenas visible, de color blanquecino-amarillento producida por la acumulación de restos de alimentos, bacterias y gérmenes. La placa dental se forma constantemente en nuestra boca, adhiriéndose a los dientes, las encías y la lengua después de las comidas. Las bacterias crecen y se desarrollan gracias a los residuos de alimentos que quedan en la boca y en nuestra saliva, produciendo ácidos que atacan a los dientes y que a largo plazo provocan caries y enfermedades en las encías.
Una higiene bucal inadecuada provoca que las bacterias no eliminadas a diario se acumulen generando la placa dental. Si esta placa no se elimina, se endurece y se convierte en sarro, y empieza a irritar e inflamar las encías. La placa dental es la principal responsable de la formación de caries, de la irritación e inflamación de las encía.